Hace muchos años, en un pueblo sureño, un barbero y un trovador disfrutaban de un evento especial en una concurrida pista de autos de carrera, cuando tuvieron la oportunidad de subir a la tarima y cantar.

Los amigos, utilizando la habilidad del trovador, lograron ganar el concurso con un tema improvisado de reguetón. Ese día, con su primer premio en mano, decidieron dejar grabadas algunas composiciones y probar suerte en este género que apenas comenzaba a salir del clandestinaje. El trovador, José Luis Morera, y el barbero, Llandel Veguilla, surgían en 1999 como Wisin & Yandel.

“Desde ese día, que nos llevamos un premio, fue como si sintiera que la vida nos decía: ‘Todo está bien, arranquen por ahí para abajo’, y hoy notamos ese crecimiento”, dijo Wisin.

Ahora, 10 años después, enfrentan mucha dificultad para recordar cuántos premios han ganado o para nombrar sus producciones musicales en orden cronológico.

Wisin & Yandel miran hacia atrás y se ríen cuando recuerdan todos los escollos hallados en el camino, pero también hay expresiones de satisfacción cuando hablan de la estabilidad que mantienen hoy día en el género.

El éxito lo adjudican, en gran medida, a ir por la industria a “paso lento, pero firme”.

“Y parte del éxito es por lo diferente que somos. En tarima, soy un poco más rudo y Yandel, más pasivo. Y en un concierto, yo le puedo llegar a ese público de hombres y Yandel más a las mujeres, porque él le canta a ellas. Eso hace que la masa la acaparemos completa”, compartió Wisin.

Su evolución musical es muy marcada. En sus comienzos, se caracterizaron por las letras de explícito contenido sexual, además de los ritmos crudos. En la actualidad, las letras mantienen la línea sexual, pero con un vocabulario más liviano y las melodías evolucionaron hacia lo electrónico.

“Cuando sacamos Rakatá fue que arrancamos internacionalmente. Seguimos creciendo y la gente entendió que esto no era un golpe de suerte. Después de Rakatá, el mundo enloqueció con Wisin & Yandel”, expuso Yandel.

“Y ahora, el mundo no quiere ver a Wisin solo o a Yandel solo. Los otros días, Yandel se tiró un concierto solo en Colombia y me asombré, no porque pensara que no podía, sino porque echarte encima a 30 mil personas, es como salir cojo. Ese día entendimos que, aunque la gente lo disfrutó, quiere vernos juntos, quiere ver al monstruo junto”, detalló Wisin.

“Y nuestras esposas nos dan dirección. A mí me encanta estar con mi familia”, dijo Yandel.

“Cuando llegas a tener cierto poder social, si no tienes un freno, tomas decisiones erróneas, porque no tienes a alguien que te diga no”, opinó, por su parte, Wisin.

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